lunes, 4 de noviembre de 2013



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La conversión y la destrucción de los bosques no tienen que examinarse exclusivamente en función de los aspectos económicos, medidos éstos por el valor monetario del producto de uso final principal que de él se extrae, la madera; sino en relación con las amplias funciones que el bosque desempeña en el sistema natural. Sus principales funciones pueden agruparse en protectivas, reguladoras y productivas a nivel del ecosistema, y adquieren valor económico según el uso que el hombre haga no sólo del recurso forestal, sino de la totalidad de cada ecosistema. Así, según el estudio UNESCO-UNEP-FAO ya citado,11 las funciones del bosque se clasifican en la forma siguiente:
  1. Funciones protectoras
    • protección del suelo por absorción y desviación de las radiaciones, precipitaciones y vientos;
    • conservación de la humedad y del dióxido de carbono al reducir la velocidad del viento;
    • hábitat natural, tanto para otras plantas como para los animales.
  2. Funciones reguladoras
    • absorción, almacenamiento y generación de dióxido de carbono, oxígeno y elementos minerales;
    • absorción de aerosoles y sonidos;
    • captación y almacenamiento de agua;
    • absorción y transformación de energía radiante y termal.
  3. Funciones productivas
    • almacenamiento de la energía en forma utilizable por la fitomasa;
    • autorregulación y proceso regenerador de madera, corcho, fruta;
    • producción de químicos: resinas, alcaloides, aceites, látex, productos farmacéuticos, etcétera.
                  

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